Se estima que la demanda de mercancías a nivel global se verá triplicada entre 2015 y 2050. La capacidad de mover la carga de manera eficiente se ha convertido en el elemento vital del desarrollo económico, en especial en ciudades que generan más del 80% del PBI mundial y aproximadamente el 75% de las emisiones globales.
Mientras las ciudades continúan creciendo a un ritmo sin precedente, el aumento en la movilidad de la carga presenta un desafío único que incluyen congestión, contaminación del aire, siniestralidad y una serie de otras externalidades negativas al sector de movilidad. Para mitigar estos impactos y alcanzar los Acuerdos de Paris, es imperativo que las ciudades adopten principios sostenibles para mover sus cargas.
La Ecologística promueve un transporte urbano de carga limpio, sostenible, eficiente y seguro a través de la participación y los esfuerzos colaborativos de las partes interesadas, de las tecnologías, las políticas y la planificación y uso del suelo e inspira a los gobiernos locales a transformar su sistema de carga urbana.
A continuación se detallan los 8 principios fundacionales que los gobiernos locales pueden perseguir para poder liderar la transición hacia la logística urbana sostenible.
1. Cambiar a opciones alternativas de entregas
Las entregas dela última milla representan la cuarta parte de las emisiones de la cadena de suministro de logístico y se realizan, a menudo, de manera ineficiente. Estas entregas pueden migrar a opciones sostenibles y podrían ser hechas utilizando vehículos de propulsión humana y el uso de vehículos eléctricos debe ser promovido para mejorar la eficiencia y mejorar el rendimiento de la logística urbana. Otras opciones para reducir las emisiones pueden ser los modos fluviales o ferroviarios urbanos que pueden ser alternativas a los modos viales.
2. Compromiso en vehículos más seguros para las entregas urbanas para alcanzar calles más seguras
Los vehículos de reparto, en particular los camiones pesados, son responsables de manera desproporcionada de los daños y de las muertes producto de los siniestros viales. Un programa integral que contemplo vehículos, velocidades, calles y comportamientos más seguros puede reducir la probabilidad de siniestros en la vía. En aquellas calles que sean compartidas, los gobiernos pueden aplicar una serie de medidas para proteger a los actores más vulnerables de las vías tales como sistemas seguros para los vehículos y la gestión de flota, mejorar los estándares de manejo y asegurar su cumplimiento, proveer de capacitaciones específicas y reducir los límites de velocidad.
3. Incorporar la logística urbana a la planificación del uso del suelo
La planificación del uso del suelo es generalmente abordada desde una escala local, contemplando los planes integrales, los códigos urbanos y los permisos existentes. Los planificadores urbanos. Las políticas de planificación del uso de suelo deberán tener en cuenta el espacio que necesitan los vehículos de carga en la calzada, el lugar para realizar las cargas y descargas y los espacios de uso compartido para realizar las entregas.
4. Apoyar estrategias de consolidación de las entregas urbanas
La consolidación permitirá una mejor utilización de la carga y de esta manera reducir la cantidad de vehículos y la cantidad de kilómetros recorridos para las entregas urbanas. Pequeños centros urbanos de concentración de carga, en combinación con la utilización de vehículos eléctricos y bicicletas de carga, pueden incrementar los costos de las entregas urbanas y la eficiencia energética. Los gobiernos podrán identificar modelos de financiamiento que resulten apropiados a la vez que proveer de la infraestructura adecuada para la consolidación y la distribución de estas actividades.
5. Optimizar la eficiencia de las operaciones de entrega
Con la permanente evolución de las herramientas tecnológicas de recolección de datos, los proveedores de logística urbana pueden utilizar estos avances para optimizar rutas, soluciones telemáticas para vehículos, monitorización de la conducción y entrenamientos para mejorar las operaciones de entrega. Los gobiernos pueden utilizar la información recolectada para entender el movimiento que tienen las cargas en sus ciudades y tomar decisiones basadas en la evidencia.
6. Promover una estructura de toma de decisiones compuesta por todas las partes interesadas
La logística urbana baja en carbono es difícil de alcanzar sin la participación activa y el apoyo de las partes interesadas tanto en el sector público como privado. Se deben establecer grupos de trabajo y espacios de debate del sector de logística urbana para que tengan lugar discusiones y negociaciones específicas y eficientes.
7. Crear los marcos necesarios para modelos de negocios responsables con el ambiente
Los nuevos modelos de negocio y las innovaciones tecnológicas pueden cambiar radicalmente la manera en que opera el sector de la logística. Quienes están a cargo de la formulación de políticas deben incorporar incentivos regulatorios de precios y políticas que acompañen la adquisición de vehículos de bajas emisiones a la vez que deben acompañar estas acciones creando los marcos regulatorios que le permitan a los operadores logísticos avanzar hacia modelos de negocios que sean amigables con el ambiente.
8. Adoptar con convicción el futuro de logística sustentable
Los avances tecnológicos están permitiendo que los consumidores y las tiendas comerciales logren tener entregas justo a tiempo. Los gobiernos locales deben usar estrategias de comunicación y campañas para generar conciencia del impacto que tienen este tipo de metodologías de entregas y alentar a los consumidores a tener un cambio de comportamiento. Quienes tienen a su cargo las políticas públicas también deben acompañar el crecimiento del perfil del sector de cargas con talleres y programas de capacitación.